El bambú japonés
Extasiado con los altos tallos de bambú de su vecino, que se habían convertido en una bellísima barrera natural entre sus dos arrozales, un campesino decidió visitar el mercado para comprar unas semillas de esta planta.
Le costaron carísimas porque, según el vendedor, era muy difícil encontrarlas.
En cuanto llegó a casa, escogió el mejor sitio para depositarlas, junto a sus campos y muy cerca de un riachuelo por el que siempre transcurría un buen caudal de agua clara.
Habían pasado unas semanas y, pese a que había abonado la tierra y había construido un canal que aseguraba un riego constante, no había surgido ni una triste planta.
Así sucedió en los siguientes meses e, incluso años.
El hombre perdió las esperanzas de que aquellas semillas dieran fruto, pero transcurridos siete años, empezó a crecer una planta que, en apenas mes y medio,alcanzó varios metros de altura.
Y es que mientras él desconfiaba de ver crecer los juncos de bambú japonés, la planta había ido fortaleciendo sus raíces para crecer alta y fuerte cuando llegara el momento.
Así sucede muchas veces en la vida: aunque busquemos el éxito rápido y fácil, no hay que impacientarse, pues éste sólo llegará si luchamos con perseverancia y tenacidad día tras día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario