Hoy quise volar demasiado alto y los rayos del sol quemaron mis alas y en la noche todo era dolor y oscuridad.
A veces quiero exigir demasiado y termino cansado y agotado, pierdo mi compostura y equilibrio y la oscuridad de la noche se hace impenetrable.
La vigilia me hizo pensar que no se pueden quemar etapas, que todo llega si se sabe
esperar,
que no por mucho madrugar amanece más temprano.
Que la paciencia es la clave de la vida humana, que para poder levantar un edificio
hay que poner unas sólidas bases y levantarlo
bloque a bloque.
Que cada día tiene su cometido y debo saberlo cumplir y con perseverancia llevarlo
hasta el final.
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