No falta quien piensa que cada cual debe resolver sus propias dificultades por sí solo.
Pero si tú sabes lo que puedes necesitar de los demás y tienes el valor de pedirlo, sufrirás menos estrés.
Empeñarse en complacer siempre a todos garantiza el estrés.
Es posible respetar y amar a los demás sin hacer depender tu vida de ellos.
El contacto humano es necesario para tener una buena salud.
No te averguences de abrazar o ser abrazado,
estrechar la mano o apoyarte en el hombro de demás.
Los deportes, los juegos y el baile pueden ayudarte a conseguir un poco del contacto humano que necesitas.
No faltan quienes no aspiran sino a gobernar a los demás, porque creen que tienen dotes excepcionales de mando, y no saben gobernarse a si mismos.
Una verdad, una fe, una generación de hombres pasa, se le olvida, ya no cuenta,
excepto para aquellos pocos, tal vez que creyeron esa verdad, profesaron esa fe o amaron a esos hombres.
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