Practica el
sentido común con
todos tus sentidos
Escucha esta
pequeña “Teoría del
descubrimiento”: a veces
queremos alcanzar un
objetivo, encontrar algo,
pero no lo
logramos. Sin embargo,
es muy posible que, en
el intento, consigamos otra
cosa que quizás
es mucho mejor
o más conveniente.
Pon en
tu vida, si es
posible, un poco
de esas cosas
que tienen las buenas
novelas emoción, intriga,
arte y misterio.
No creas
que la soledad no es
amiga de las
mujeres y si
de los filósofos y de
los poetas, porque
cualquier mujer también
puede ser filósofa
y poeta, incluso
cuando esta sola.
Si crees
que no hay otra vida,
no vivas esta
como si fueses
a poder disfrutar
de mucho más,
derrochándola tontamente.
Ten la
actitud de un
poeta que no
envidia lo que
no posee, sino que
hermosea lo que
tiene y lo
que ve.
No recurras
a las drogas, te acostumbrarán a perseguir fantasmas
y, por tanto, te condenarás
al vacio.
No consumas
tanto que llegues
a sentir que
tu mismo te
estas consumiendo.
Piensa en
tu vida como
en un texto artístico que
vas a escribir con tus
días.
Piensa que
el mundo es
un libro de
cuentos interminable del
que tú puedes leer muchas
páginas.
Puedes ser
lector del mundo
si aprendes a
leer y tienes curiosidad por
lo que lees.
Verbaliza lo
que piensas y
lo que quieres y no
te dejes acobardar
por el mundo.
Exprésalo con
corrección, pero con
firmeza.
Si te
callas y te
limitas a aguantar
lo que te parece una
injusticia, puedes terminar
convirtiéndote en un
resentido y en
un infeliz o en
una persona peligrosa,
para ti y
para los demás.
No pierdas
los nervios cuando
reclames lo que
creas que es
una injusticia, le
restarás razones a
tu causa.
Vive cerca
de la naturaleza, o
aproxímate a ella
en cuanto puedas.
No seas
dogmático y no
tengas ideas fijas.
Ni siquiera las
estrellas se mantienen
inmutables en el
universo.
Se realista
sin dejar de
sentirte un soñador.
Piensa que
eres un poeta,
aunque no leas
ni escribas versos.
Aprecia lo
poco y lo pequeño antes
que el exceso y lo
rimbombante.
Alimenta tu
curiosidad y tus
ganas de jugar.
Despréndete de
todo lo que
no necesitas tener
dentro de ti
mismo.
Educa a
tus emociones para
que nunca te
dejen en mal
lugar,ni frente
a los demás ni ante
tu propia dignidad.
Que tu
pensamiento sea sencillo
y elegante, como
tus palabras, porque eso
quiere decir que
es profundo.
Guarda los
recuerdos hermosos, en
tu escritorio y
en tu corazón.
Se amable
con los demás.
La sonrisa es
tu mejor traje
para desenvolverte en
sociedad, con ella
todos quedarán deslumbrados.
La grosería
deja un rastro
de baba, como el
caracol, difícil de
limpiar.
Usa calzado
cómodo nunca te
cortes un dedo
para poder usar
zapatos de tacón
como hacían las
hermanastras malas de
cenicienta. Si tus
pies se sienten
mal, tu te
sentirás mal, y
es tonto sentirse
mal por un
simple zapato.
Mantente erguido, tu postura es importante,
tus ancestros,
sufrieron muchos dolores
de huesos solo
para que tú
puedas andar derecho
y garboso ahora.
Andar erguido mejorará
tu estado de
ánimo.
Lleva la
cabeza alta y la vista
al frente cuando
camines, por la
calle, no le
debes nada al
mundo y tu
mirada es franca
y hermosa.
Come bien, come
sano, pero no comas
mucho, no padezcas de
gula, que es una
enfermedad con un
impacto negativo en
la salud del
cuerpo y del
alma.
Arréglate para
salir a la
calle, que la
gente te vea
limpio y guapo.
Si despides
optimismo, contagiaras optimismo
lo recibirás a cambio. Si
desprendes tristeza y
negatividad las tendrás
de vuelta multiplicadas.
No temas
compartir lo bueno
que tienes. No
le endoses lo
malo a los demás como
si tus semejantes fueran un
recipiente para la
basura.
No todo
el mundo ama
de la misma manera que
tú.
No seas
soberbio, te perderás
grandes oportunidades.
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