sentía agotado bajo el sol.
Sin poder dar un paso más, se acostó a descansar bajo un frondoso árbol.
El suelo estaba duro y el viajero pensó en lo agradable que seria disponer de una cama.
Casualmente, aquel era un árbol celestial de los que hacen realidad los pensamientos.
Así que instantáneamente, apareció una confortable cama. El hombre se echo sobre ella y mientras disfrutaba del lecho, pensó en lo placentero que resultaría que una joven le diera un masaje en las piernas.
Al momento, se presento una hermosa mujer que comenzó a brindarle un agradable masaje.
Bien descansado, el viajero sintió hambre y pensó en lo grato que seria degustar una buena comida.
En el acto, surgieron ante el los mas suculentos
manjares. El hombre comió sin parar hasta
saciarse. De pronto, lo asalto otro pensamiento
¿Y si ahora me ataca un tigre?
Entonces apareció un tigre y lo devoro.
Este cuento puede ayudarnos a reflexionar
sobre el poder que tiene nuestra mente pues
muchas veces puede ser la responsable de
triunfo o del fracaso de nuestros propósitos.
Tienes que llegar a conocerla y dominarla y
así disiparas para siempre el peor de los tigres: el que vive dentro de ella misma.