Un joven honesto y bondadoso no soportaba a las personas falsas, embusteras e intolerantes.
No sabia como debia actuar con ellas,y eso le
creaba un profundo malestar, asi que un buen
dia decidio acudir a la morada de un sabio en busca de ayuda.
Maestro, no soporto a las personas que critican
demasiado ni a las que son ignorantes, odio a
todos los mentirosos y sufro mucho con quienes calumnian. ¿Que puedo hacer?
Tengo un desasosiego que no me deja vivir.
dijo el chico. El maestro le respondio que debia vivir como las flores, algo que el joven
no acabo de entender.
"Las flores nacen del estiercol, sin embargo son puras y perfumadas.
Extraen del abono maloliente todo aquello que
les es util y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus petalos. Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que
los vicios de los demas te incomoden, porque
son de ellos, no tuyos.
Y si no son tuyos, no hay motivo para molestarse. Ejercita la virtud de rechazar todo
el mal que viene desde afuera y perfuma la
vida de los demas haciendo el bien.
Esto es vivir como las flores", explico el maestro. La vida tiene que ser belleza y frescura, sin mezclarla con el estiercol.
Porque lo malo no es lo que entra en nosotros
sino lo que de nosotros sale.
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