Habia una vez un loro que vivia enjaulado y haciendo compañia a su dueño.
Cierto dia, este invito a un amigo a tomar el te y,
mientras estaban en el salon, el animal empezo a
gritar insistentemente: ¡Libertad! ¡Libertad!
Hasta tal punto resultaba desgarradora aquella
peticion que el invitado se sintio muy apenado y casi no pudo disfrutar del delicioso te.
Pasaron los dias y el hombre no podia dejar de recordar,con gran compasion al loro. Tanto le
atribulaba su estado, que tomo la decision de ponerlo en libertad la proxima vez que fuese a ver
ver a su amigo. Y asi lo hizo. Aprovechando que el
dueño del animal estaba preparando el te en la
cocina, entro en el salon, donde el loro continuaba
gritando libertad, y le abrio la puerta de la jaula.
Pero el animal,aterrado, se lanzo al lado opuesto
de la jaula y se aferro con su pico y sus patas a los barrotes, negandose a abandonarla, Y es que el loro, como muchos de nosotros que reclamamos
una vida mejor, se habia acostumbrado a su jaula
y a su zona de confor y tenia miedo de lanzarse a la ventura. No podemos olvidar que todos los cambios asustan y que tenemos que aceptar que el
miedo forma parte de nuestro camino para crecer,
mejorar y tener la posibilidad de cambiar las
cosas que, hasta hoy,nos han impedido ser felices
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