Un sabio maestro estaba dando una charla sobre el poder sagrado de la palabra ante un numeroso
grupo, mostrandoles la gran influencia que puede
tener en nuestra vida y en la de los demas.
De repente un hombre que estaba en la sala se levanto e increpo al orador: "Todo lo que usted esta contandonos no tiene ningun valor" El maestro lo escucho con respeto pero, sin que nadie
pudiese sospecharlo, de pronto le respondio airado: ¡Callese y sientese! El aludido reacciono
soltando todo tipo de insultos y a punto estuvo de
llegar a las manos.
En lugar de enfurecerse, el sabio se dirigio de nuevo al señor y le dijo:
"Perdoneme por haberle tratado asi, se que le he
ofendido" El rostro del interpelado cambio en pocos segundos y estas fueron sus palabras.
"Acepto sus disculpas y reconozco que yo he sido
quien ha provocado esta pelea.
Respeto su opinion" El maestro sonrio y explico
sus razones." Sepa que he actuado asi por un motivo. Solo queria mostrar claramente el poder
de las palabras Con unas pocas lo enfade y con
otras, lo calme"
Por ello, antes de hablar hemos de pensar que las
palabras dejan huella, pueden infruir positiva y
negativamente.
Calmemonos y hablemos solo cuando estemos en
paz.
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