Un hombre salió de su casa una mañana y grito:"!Estoy a disposición de quien quiera emplearme!".
En ese instante pasaba el rey en su carroza. "Te tomo yo a mi servicio y, en compensación, te daré parte de mi poder", le dijo.
Pero el joven no sabia que hacer con ese poder y se fue. "Estoy disponible. ¿Quién me quiere?", volvió a gritar.
Un viejo le paro y le dijo: "Te tomo para mis negocios. Y te compensare con rupias". Pero el joven no sabia que hacer con su dinero y se fue.
Por la tarde, llego cerca de una casucha. Se asomo una hermosa muchacha y le dijo: "Yo te tomo y te compensare con mi sonrisa". El se quedo pensativo, preguntándose cuanto dura una sonrisa.
Mientras reflexionaba, la sonrisa se apago y la joven desapareció.
"Estoy a disposición me quiere?", repitió. Un niño que jugaba en la arena levanto la cabeza y sonrió. "Te tomo yo y a cambio no te daré nada".
Acepto y comenzó a jugar con el. A la gente que le preguntaba les respondía: "Estoy ocupado". Y, desde aquel día, por fin se sintió un hombre libre.
Esta historia nos enseña que el poder, el dinero y las relaciones amorosas te quitan la libertad. Solamente tu niño interior puede devolvértela.
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