Cierto dia, el zar de Rusia se fue de caceria con un halcon. Despues de haber caminado mucho le entro sed y, llevando sobre un brazo a su halcon predilecto, se alejo a caballo en busca de una fuente. Busco hasta que encontro una vena de agua que goteaba lenta de una roca. Puso una copa bajo aquel diminuto manantial y es,pero a que se llenara. Despues trato de beber el agua recogida, pero el halcon se agito y, con un golpe de ala, derramo la copa. De nuevo, el zar lleno el recipiente y trato de llevarselo a la boca,pero tambien esta vez, el halcon, revoloteando alrededor, tiro la copa. El zar la lleno por tercera vez, pero, en el momento de beber, el halcon se lanzo encima, esparciendo el agua. El zar, encolerizado, cogio al halcon por el cuello y lo mato. Y cuando estaba a punto de llenar otra vez la copa, uno de sus siervos llego al galope y le grito, alarmado:"¡ No beba ese agua, Majestad! ¡Esta envenenada!". El zar arrojo lejos la copa y un velo de lagrimas cubrio su mirada.
-¡Cuantos errores cometemos a causa de la falta de reflexion!- dijo con amargura, recogiendo del suelo a su amigo muerto-. Mi halcon me ha salvado la vida tres veces y mirad como se lo he recompensado.
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