El dialogo aclara muchas cosas. Cuando no hay dialogo crecen los malos entendidos. Como sucedió en un huerto en el que quedo libre un poco de tierra, después de la sementera. El hortelano sin decir nada a su mujer planto escarolas tempranas, la mujer sin decir nada a su marido planto judías.
Cuando ambas semillas empezaron a brotar la mujer arrancaba los brotes de escarola pensando que eran malas hierbas. Igual hacia el marido con las judías, llevado por el mismo error. Así ni crecieron las escarolas ni se lograron las judías.
Todo por no querer dialogar.
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