LAS AGUAS DEL JORDAN

Un peregrino  dijo  al Jordán: "Rio, si purificas a los hombres, tus  aguas  deben de estar llenas de pecados".   "No,  yo las vierto  al mar (muerto), y las purifico sin  contaminarme".  Fue al mar y le dijo : "Mar, si recibes las aguas  del rio, estarás lleno de pecados, y por eso no hay vida  en tus aguas". 
No, yo  evaporo  esas aguas  así las nubes, y la evaporación  me purifica, y así  mis aguas son curativas".                                                                  Entonces pregunto  a las nubes:  Nubes, si recibes las aguas  del mar, debes de estar llenas de pecados".  "No, pues el aire nos  purifica, y devolvemos  el agua a los hombres  en forma de lluvia  fecunda".
Así sucede con muchas almas generosas, que devuelven  el  bien por el mal,   "almas victimas" que cargan" misteriosamente como el divino Maestro, con los pecados de sus  hermanos, y se convierten  en  bendición.

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