DOS NO RIÑEN SI UNO NO QUIERE

La convivencia, el hogar, tiene  muchas ventajas. Ofrece apoyo  y consuelo en las horas bajas  de  la   vida, Sin embargo, no  faltan  roces  y disgustos a veces. Hay temperamentos y gustos  diferentes. Es necesario aceptarse y perdonar. Procurar ver las cosas desde  el  punto de vista del otro.

 Esto ahorraría  riñas y disgustos sin sentido.   Suele decirse que dos no riñen  si uno no quiere. Como aquellos dos frailes de un convento el uno era pacifico, el otro  pendenciero y siempre con el hacha  preparada. Este se empeño  un día, en  reñir con el pacifico:

"Este  ladrillo  es  mío". "Yo creo  que es de la comunidad", afirmo el otro. "Te digo y te  repito que es mío", repuso el  otro. "Bueno pues quédatelo tu", apostillo  el fraile  pacifico.

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