-Si papi solo dime cuanto te pagan por una hora de tu trabajo -reitero suplicante el niño. Tenso, el padre apenas abrió la boca para decir: Cuarenta euros.
-Papa, ¿podrías prestarme veinte euros'? pregunto el pequeño. El padre se enfureció , tomo al pequeño del brazo y con tono brusco le dijo:
-Así es que para eso querías saber cuanto gano ¿no?
-Vete a dormir y no sigas fastidiando, avaricioso egoísta.
El niño se alejo tímidamente, y el padre al
meditar lo sucedido comenzó a sentirse culpable:
-Tal vez necesita algo pensó, y queriendo
descargar su conciencia, se asomo a la habitación de su hijo y con voz suave le pregunto.
-¿Duermes hijo?
-Dime papi-respondió entre sueños el niño.
-Aquí tienes el dinero que me pediste.
Gracias papi susurro el niño mientras metía su manita debajo de la almohada de donde saco unos billetes arrugados.
- !Ya lo tengo lo conseguí¡- grito jubiloso tengo 40 euros ahora papa podrías venderme un hora de tu tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario