Dios no tiene envidia del hombre. Prometeo ya no tiene que ir a robar el fuego. Dios le ha entregado todos sus tesoros. "El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres" (sal 113,16). Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, y le encomendó someter la tierra y dominar sobre todo los peces y animales (Gn 1, 26-28).
Dios ama a todo lo que ha hecho. Señor, amigo de la vida (Sab 11, 24-27). "Yo he venido, dice Jesús, para que tengan vida y la tengan en plenitud" (Jn 10,10). San Ireneo escribió una frase llena de optimismo: "La gloria de Dios es el hombre viviente". Una versión moderna de esta frase seria la expresión de Chesterton: "Para entrar en la iglesia hay que quitarse el sombrero, no la cabeza".
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