Había una vez un gurú al que todos consideraban la encarnación de la sabiduría.
Todos los días disertaba sobre diversos aspectos sobre la vida espiritual y para todos era obvio que jamás había superado nadie la variedad , la profundidad y el atractivo de las enseñanzas de aquel hombre.
Sus discípulos le preguntaban una y otra vez por la fuente de donde traían su inagotable sabiduría. Y el les decía que todo estaba escrito en un libro que ellos heredarían cuando el muriera.
El sabio finalmente murió y al día siguiente de su fallecimiento, los discípulos consiguieron dar con el libro en el lugar exacto donde el les había dicho que lo encontrarían.
Aquel libro no tenia nada mas que una pagina y en ella una sola sentencia.
"Comprendan la diferencia entre la vida y el vivir, y habrán descubierto la fuente de la eterna sabiduría".
Este pequeño cuento nos recuerda la importancia de vivir intensamente la vida en cada momento. El final puede ser grande solo si todo el recorrido ha sido grande. Si has estado danzando en tu vida tu muerte será una gran danza. Si solo has estado llorando y lamentándote tu muerte será solo un lamento y un llanto.
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