La de Juez es quizá la acción mas practicada por el hombre. Nos pasamos la vida, fallando, en el doble sentido de la palabra: emitiendo juicios y equivocándonos. Nos pasamos la vida juzgando. Y eso que Jesús lo prohíbe expresamente en el Evangelio "No juzguen y no serán juzgados".
Hay un defecto que es común al juez bueno y al juez malo; que tanto el uno como el otro, juzgan. Y eso es muy peligroso. Cuando uno de los discípulos cometió una grave equivocación, todos esperaban que el Maestro le aplicara un castigo ejemplar.
Pero cuando, transcurrido un mes, vieron que no pasaba nada, uno de los discípulos le manifestó al Maestro su descontento: " No podemos ignorar lo sucedido. A fin de cuentas. Dios nos ha dado ojos". "Si, replico el Maestro, pero también nos ha dado parpados".
Aquel día el maestro estaba inspirado, como siempre que se trataba de defender al prójimo.
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