LA PERLA PRECIOSA

Para  los que están  sumergidos  en la sociedad de consumo y el pasotismo, es imposible comprender que haya personas  que lo dejen todo y se vayan a  misiones a predicar el Evangelio.  Pero es fácil entender  si acudimos a la parábola del mercader  de perlas del Evangelio. Este hombre poseía muchas perlas, pero un día encontró  una de  gran valor, entonces fue, vendió todo lo que tenia y compro aquella perla.

Juanjo tenia  muchas perlas, acababa de terminar el COU y estaba inscrito en la facultad de medicina. 

Tenia la perla de la medicina, de la familia, de los amigos, de las comunidades, de su medio novia. Pero en aquel instante surgió otra perla la de la vocación misionera.. Entonces fue y vendió cuanto tenia y la compro.

En vez de cuidar cuerpos, curaría almas. Hoy  es feliz y se siente plenamente realizado. 


    

UN ESPEJO EN EL FONDO

El párroco  de la parroquia de santa Eufrasia sabia como ingeniarse para que  feligreses  acudieran a Misa los domingos.

Un dia se le ocurrio divulgar un anuncio funebre:  "Les comunico la muerte de la parroquia de santa Eufrasia.   Los funerales serán  el domingo a las 11".   Acudió   todo el pueblo.   Ante el altar mayor estaba  el   ataúd  sobre negro catafalco.

"Hay quien dice que nuestra parroquia esta muerta sin remedio",  dijo el párroco.  "Vamos a la ultima tentativa.  Les ruego que pasen todos ante el ataúd,   para ver por ultima vez a la difunta. Después de ver el cada ver, salen por la  sacristía.  Luego pueden entrar para la Misa".  Abrió el ataúd  y salían silenciosos y confusos. Y es que al mirar el ataúd.  Todos pasaban preguntándose; ¿Quién será el muerto?"    Se asomaban al ataúd,  salían, silencioso  confusos .Y  es que al mirar el ataúd, veían, en  un espejo colocado en el fondo de la caja, su propio rostro.  Y  la parroquia  empezó a reanimarse y resucitar.