Para los que están sumergidos en la sociedad de consumo y el pasotismo, es imposible comprender que haya personas que lo dejen todo y se vayan a misiones a predicar el Evangelio. Pero es fácil entender si acudimos a la parábola del mercader de perlas del Evangelio. Este hombre poseía muchas perlas, pero un día encontró una de gran valor, entonces fue, vendió todo lo que tenia y compro aquella perla.
Juanjo tenia muchas perlas, acababa de terminar el COU y estaba inscrito en la facultad de medicina.
Tenia la perla de la medicina, de la familia, de los amigos, de las comunidades, de su medio novia. Pero en aquel instante surgió otra perla la de la vocación misionera.. Entonces fue y vendió cuanto tenia y la compro.
En vez de cuidar cuerpos, curaría almas. Hoy es feliz y se siente plenamente realizado.
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