Los animales, reunidos en el bosque, se pusieron a compartir experiencias.
Todos destacaron sus habilidades pero sin dejar de reconocer que había cosas que hacían mejor que otras.
Así, los pájaros volaban de maravilla pero no podían nadar ni escarbar madrigueras; la liebre era siempre campeona en las carreras,
pero ni volaba ni se atrevía a nadar.
Y lo mismo sucedía con el resto de criaturas.
Sin embargo, empujados por el afán de mejorar sus aptitudes, decidieron crear una escuela.
En la primera clase, la liebre consiguió un sobresaliente en carrera pero, cuando la subieron a un árbol y le gritaron .
"¡vuela liebre!",fue un desastre.
El roedor cayó de bruces por los suelos, se quebró una pata y casi suspende por ello el examen final.
El pájaro obtuvo las mejores calificaciones en
las pruebas de vuelo, pero cuando le pidieron
que excavase como un topo, se hirió las alas
y el pico y sacó un aprobado justillo.
Y así ocurrió con cada uno de los animales.
Esto debería hacernos reflexionar que no podemos pretender destacar en todas las facetas de la vida igual que un pez debe ser
un pez pero nunca perseguir ser un pájaro.
En cambio, si nos aceptamos tal cual somos y
nos amamos, seremos capaces de dar lo mejor
de nosotros mismos
No hay comentarios:
Publicar un comentario