Mis veranos contigo
Nada ame mas que los veranos contigo. Todos os ibais a trabajar, menos yo que era la pequeña. Tu ayudar y acompañar a la abuela, me decías. Y yo allí estaba, esperando, primero a Ángel, tantas veces como venia con sus animales cargados y después a vosotros.
Se iba apagando el día y allí llegabais cansados , quemados por el sol, pero felices por el trabajo bien hecho. Lo mejor era vuestro olor, mezcla de sudor, de campo, de mies de cebada....el olor a trabajo sobre todo.
Tu eras el centro, yo te miraba con ojos de niña te iba a buscar, me dabas la mano, mano grande, callosa , dura, mi mano se perdía en ella. Mano dura y corazón tan cálido, y tierno, cuerpo de campo yermo y modales refinados llenos de calidez y dulzura .
¡¡Cuanto contraste y cuanta belleza en ello!!.
A pesar del cansancio siempre tenias una palabra, una mirada y un gesto lleno de ternura. A mi me compensaba mi día de espera, y me hacías sentir importante.
Estar contigo, jugar contigo, hablar contigo, el máximo era subir contigo a la cámara, tu territorio lleno de libros, o así me lo parecía a mi. Era el templo de la sabiduría, libros viejos llenos de polvo y ahí estabas tu con tus lentes quevedianas, siempre leyendo y a veces escribiendo, con las plumillas y el tintero de ahí salía el milagro de tu escritura.
Lo hacías lentamente te tomabas tu tiempo de reflexión de cuidado, una gota podía estropearlo todo.
Puro arte verte escribir y pura felicidad compartir los veranos contigo.
Este escrito se lo dedica mi hija a mi padre en este dia.